Todo iba como estaba previsto, hasta que en el minuto 18 José se interna por banda derecha. Se tiró el balón largo y quiso centrar hacia sus compañeros deslizándose por el parqué, una acción de hecho muy habitual en el fútbol y en el fútbol sala, pero con la mala fortuna que una astilla de unos 40 centímetros se desprendió del parqué y se insertó en su muslo derecho.
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